La infección que provoca cada grupo humano es sepsis para el mundo en su globalidad.
Paradójicamente la quema de hidrocarburos a nivel planetario ha abierto las condiciones para que se pueda acceder a los hidrocarburos que se escondían en el subsuelo de Groenlandia. Ya se han empezado a explotar. Con la combustión añadida de este nuevo petróleo y gas se podrá acceder a los yacimientos ocultos de la ahora helada Antártida. Toda una conquista energética en cadena. Además, el deshielo ártico permite rutas comerciales inusitadas en el mercadeo internacional, abaratando costes.
Entonces, ¿qué hay de malo? Es verdad que Groenlandia fue una vez una isla sin hielo. Su nombre se debe a los vikingos que la apodaron “tierra verde”. Pero en la alta Edad Media no existían las actuales Manga del Mar Menor, Venecia, Amsterdam o Bangladesh. En realidad la mayor parte de la población del mundo se concentra ahora en las riberas continentales. El deshielo completo de Groenlandia provocará una subida estimada de 1'5 metros del nivel marino y la inundación consiguiente de todos los litorales bajos del planeta. ¿Quién va a alojar a la población de los atolones Pacíficos o a los habitantes de Bangladesh (170 millones de personas)?
España mismo, por su condición peninsular, se verá reducida. En contrapartida, Gibraltar dejará de ser un problema político porque ya no formará parte del territorio nacional. Será un islote.
Pero, ya digo, esto no se para ahí. Es una sepsis global. A menos hielo menos reflexión solar, más insolación. Cambiará la bomba termohalina que mantiene la regulación de las corrientes oceánicas; esas que permiten, por ejemplo, que a igual latitud, La Coruña tenga 10o de media más que Nueva York en el mes de enero.
Nos preocupamos mucho de nuestra casa chica (su hipoteca y demás) pero solemos frivolizar con nuestra casa grande, el Planeta, menudeando en comentarios naif del tipo: bueno, ahora los esquimales van a tener parques botánicos como los demás europeos (Groenlandia es danés); así se hace política de convergencia. Yo creo que como chiste está bien pero como actitud es un suicidio. Nuestra pasividad es cómplice de los advenimientos fatales que la Naturaleza ya anuncia y la ciencia cuantifica.
¿Si Groenlandia se pone verde, de qué color se pondrá, por ejemplo, España? Yo, por lo pronto, me pongo negro.
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