Película de 2008. Los ojos pacientes de una niña, exploran las circunstancias que atenazan la vida ausente de su hermano, hasta dar con el modo de penetrar en su hermético mundo. Esos ojos no tienen maniqueísmo en su mirada, sólo poesía de niña.
Lástima que la poesía no sea método de intervención educativa. En la escuela tenemos que "curricular" al niño y sus circunstancias. No se tiene tiempo para explorar sus derroteros; hay que fabricar un perfil técnico y programar el tratamiento. Programar mucho, aunque no tengas experiencia. Basta con la experiencia publicada por "expertos" sobre una tipología estándar. Da igual cómo sea tu alumno en particular, la programación ha de estar lista antes de octubre. Parece más cosa de expedientes que de personas. Es la escuela de la burocracia. Y los burócratas no entienden de emociones.
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